Psicología
de la educación 4º tema
En el tercer tema estuvimos viendo los factores
psicológicos que intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje como
(atención, inteligencia, personalidad, motivación…).
Esta reflexión tratará
sobre los factores interpersonales que intervienen en el mismo proceso.
Yo creo que la interacción
maestro-alumno es fundamental ya que en función de esta relación se derivará en
gran medida el éxito o el fracaso del proceso enseñanza aprendizaje.
Las necesidades de los
niños en las aulas se satisfacen de acuerdo a la relación que tienen con su
profesor, especialmente las afectivas de protección, participación y
aprendizaje.
Para poder establecer una
buena relación es importantísima la manera que tiene el profesor de dirigirse a
sus alumnos. Su lenguaje, sus gestos, su mirada, su manera de enseñar, de
escuchar, sus expectativas hacia sus alumnos… todo ello hará que los niños
tengan una correcta motivación para llevar acabo sus aprendizajes de manera
correcta y significativa.
En el aspecto de
etiquetar, sabemos muy bien que es algo que se debería evitar por todos los
medios pero que sigue estando a la orden del día en las aulas, así como también
los favoritismos o los “enchufes” e incluso en muchas escoletas tratos
incorrectos hacia los niños que se alejan mucho de lo que debería ser un trato
afectivo y proporcionar seguridad a los pequeños.
En las prácticas que
realicé en el segundo curso de FP de educación Infantil, pude comprobar
personalmente que es cierto que cada maestro tiene su vida, sus preocupaciones,
sus problemas y que esto desgraciadamente sigue condicionando la manera de
proceder con los niños en muchas ocasiones.
Y si a eso unimos las
desavenencias entre los docentes de un centro pues el caos puede ser mortal.
Yo había realizado los dos
cursos muy a gusto, viendo que me gustaban mucho los contenidos y tenía muy
claro que “educar a niños” era a lo que me quería dedicar aun sabiendo que no
es nada fácil y que pueden surgir en el camino muchos contratiempos, pero si
tengo que ser sincera, en el período de prácticas me surgieron muchas dudas…
Empezamos las tres muy
motivadas y con ganas de poder poner en práctica nuestros conocimientos, pero
poco a poco fuimos desmoralizándonos pues todo lo aprendido parecía encontrarse
muy lejos de lo que es la realidad en una escuela.( en la que me tocó a mí en
concreto, no digo que sea así en todas)
No quiero parecer “tremendista” con esta reflexión, pero no
podía dejar de plasmarla ya que para mí supuso un mar de dudas en cuanto el
camino a seguir pues no me gustaba nada lo que estaba viviendo y claro, pensaba
en mis adentros, si tuviera que estar
todos los días de mi vida trabajando así acabaría enferma.
Por otro lado, llegué a la
conclusión de que “tirar la toalla” era la solución más fácil y en parte
egoísta ya que abandonar suponía mirar hacia otro lado, dejando en el camino
muchas ilusiones y también dejar de luchar por los niños.
Así que finalmente decidí
seguir, pero además con más fuerza que nunca, sabiendo que me podría encontrar
con situaciones desagradables pero que eso no debía impedir seguir haciendo mi
trabajo lo mejor posible.
Tampoco quiero que parezca
que creo que voy a ser la salvadora del mundo ni mucho menos, pero sí que voy a
poner todo mi empeño en intentar ser una profesora competente, teniendo en
cuenta mis puntos fuertes y débiles, con espíritu de superación y de fuerza
ante la adversidad.
Tenemos una responsabilidad muy grande ante nosotros que
son los niños, y creo, (vuelvo a repetir),
ya sea por problemas en nuestra vida cotidiana o por otros motivos, esta
responsabilidad se pierde de vista y no puede ser o no se debería permitir.
Nuestro trabajo es educar
y preparar a estas personas para la vida de la mejor manera posible, junto a
sus familias, que nunca podemos perder de vista puesto que es un trabajo en común.
Si todos fuéramos un
poquito conscientes de que nosotros, como profesores, somos parte del futuro de
los niños creo que las cosas cambiarían, no basta con decir estoy estudiando Educación Infantil porque “ me gustan mucho
los niños”, que claro debe ser así, pero ser profesor es mucho más…
Tenemos que entender como futuros docentes que la formación de los maestros no se acaba nunca, los conocimientos de infancia no pueden limitarse a cuatro años de carrera, que no dudo que nos ofrezca gran parte de las herrmientas que necesitaremos, pero llevar todo esto a la prática es mucho más complejo.
Nosotros los profesores,
debemos aprender a construir lazos empáticos y de confianza con cada uno de los
niños y niñas, debemos ser verdaderos “interlocutores” para saber interpretar
adecuadamente y comprender la expresión emocional del alumnado.
Los niños tienen derecho a
encontrar profesores que estén dispuestos a escucharles de verdad, que no
defrauden sus demandas, sus necesidades y sus derechos.
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